martes, marzo 25, 2008

BOBBY VALENTIN









Roberto (“Bobby”) Valentín Fred, un nombre que evoca los años de gloria del género salsero. Músico promotor de muchos éxitos, compositor, arreglista y productor cuya participación en el ambiente artístico contribuyó a la consolidación de nuevas avenidas que sirvieron para que los puertorriqueños de Nueva York y otros latinoamericanos emprendieran un nuevo rumbo en el quehacer cultural. Natural del barrio Cacao de Orocovis, donde nació el 9 de junio de 1941, el afamado es hoy una de las figuras centrales de la salsa y quien desde su propia orquesta logró timbrar un sello de identidad rítmica que ha sido garantía para la persistencia de su propuesta musical.

El bolero fue su primera escuela
Bobby Valentín aprendió a tocar guitarra a la edad de seis años, inducido por su padre Alberto Valentín. A los siete años Bobby sufre la pérdida de su madre y se va a vivir con su hermana mayor Aida. De niño su primera escuela musical se da por su encanto a la sonoridad de las canciones románticas de los tríos musicales como Los Ases, Los Tres Diamantes, El Trío San Juan, entre otros. Sus pininos en la música se dan en agrupaciones infantiles de tríos en las que participó como requisito y realizando las armonías de la tercera y cuarta voz.

A la edad de trece años en 1954, tuvo su primera experiencia formal musical, formando parte del trío de Coamo y que le permitió viajar a San Juan por primera vez y participar de un famoso concurso televisivo ocupando el primer lugar. A esa edad Bobby no había tenido ninguna enseñanza musical hasta que un maestro, que vio los destellos de talento en el muchacho, lo instó a que ingresara a la escuela elemental “José Ignacio Quinton” donde recibió sus primeras clases de armonía y solfeo. A los 14 años pasó a formar parte de la agrupación La Sonora Coameña y a la vez tocaba con el trío “Los Panchitos”. Cuando cumplió los 15 años armó su propia banda en Coamo, la cual no duró mucho porque tuvo que ir a vivir a Nueva York, con su hermano.

Nueva York y el encuentro con los grandes
A su llegada a la “Gran Manzana”, Bobby con solo 16 años ya se relacionaba con músicos como Luis Ramírez y Joe Quijano y hasta llegó a afiliarse en la federación de músicos de Nueva York lo que le permitió asomarse en los grandes escenarios. Su carrera en el norte comienza como trompetista en el grupo de Chu Hernández y Los Satelites, seguido por la orquesta de Israel Ortiz y la banda de Carlos Rivera. Su pasaporte lo logra tocando con “Joe Quijano” con quien grabó su primer disco “La pachanga se baila así”, en 1962 compartiendo escena con Willie Torres y Paquito Guzmán. Aunque su paso por la banda de Quijano fue breve, supo destacarse como una promesa significativa en la música latina; reafirmándolo con su participación en la orquesta de “Mister Afinque”, Willie Rosario con quien grabó cuatro producciones: “El bravo soy yo”, “El fabuloso y fantástico”, “Latin jazz go-go”, y “Boogaloo y guaguanco”. En esa época colaboró con la orquesta de “Tito Rodríguez” y “Palmieri” como trompetista y trombonista. De estas participaciones quedaron registradas las producciones “Tito Rodríguez y Su Orquesta en Puerto Azul, Venezuela” (1963) y “Tengo máquina y voy a 60 con Charlie Palmieri” (1965).

Sabio constructor de su identidad sonora
En 1966, después de haberse fogueado con las mejores bandas de los años 60, el trompetista decide formar su propia banda; abriéndose paso en el pentagrama musical del momento. La primera producción del grupo se llamó “El mensajero”, trabajada para el sello Fonseca Records, que incluyó 10 temas compuestos y arreglados por Valentín e interpretados por Marcelino “Buba” Morales.
Desde entonces, el músico de Coamo fue buscando su sonoridad combinando los fraseos del jazz con la música afroantillana y el son montuno sin perder la herencia, pero creando una nueva sonoridad.

Arrasó como un huracán
El hecho de que su cantante se regresara a Nueva York retrasó momentáneamente su proyecto en Puerto Rico, sin embargo, supo salir adelante. Es la figura de “Frankie Hernández” la que Bobby convoca para impulsar esa nueva fase de la orquesta. Con Frankie Hernández al mando de las interpretaciones, el músico lanza al mercado el álbum “Something new” (1970), que incluyó los éxitos “Huracán de pasión”, “Total para nada”, “El mensajero” y “Pan de negro”.

La unión con Frankie se quiebra en 1971 a raíz de su ingreso a una clínica para tratar su adicción por las drogas. En ese momento llega a la banda el sonero de “Hato Rey”, el “Bayamontate”, el del pregón “Oficial” y sonero de pueblo “Marvin (Marvelos) Santiago”.
Con este nuevo talento se graba la producción “Rompecabezas” en donde se destaca el tema “Papel de payaso” escrito para él por “Tite Curet Alonso”.

La experiencia de Bobby le indicaba que había que tener más de un cantante y es por esa razón que incorpora a Jhonny Vázquez en 1976 para sustituir a Frankie Hernández, quien abandonó la banda por segunda vez. El primer disco de Jhonny Vázquez es junto a Marvin, “Afuera” y pegaron los temas; “El jíbaro y la naturaleza” y “La cosquilla”, entre otros. Después de esta producción Marvin Santiago se retira de la banda y es sustituido por “Sammy González”, el cual es reemplazado seis meses después por el negrito del sabor “Luigi Texidor”. Con Luigi la banda se montó nuevamente, ya que resalta la vieja escuela salsera de los años 60. De esta unión se produjo el álbum “Musical seduction” y se pegaron temas como “Moreno soy”, “También el apio es verdura”, “Linda Teresa” y “Todo el mundo escucha”. Luego de esto, Luigi se retira para armar su propia banda con la cual produjo dos disco de los cuales pegaron, “Tema de una flor” y “Mi testamento”.

La era del “Cano”
En 1977 llega a la orquesta un joven talento con buen dominio de la improvisación, que hasta entonces se había curtido como miembro del grupo “Quinto olivo” y la orquesta Mulenze. Carlos Enrique Estremera Colón (Cano Estremera), logra ubicar a la orquesta en los primeros lugares de las radioemisoras de Latinoamérica, con los temas: “La boda de ella”, “El caimán”, “Manuel García” y “Muñeco de la ciudad”, entre otros. Este junte fue muy bueno para Bobby y más para el “Cano”, ya que de ahí, el mismo sello Bronco Records lo impulsa como solista.

El ‘feeling’ de “Luisito Carrión”
Una vez más, el maestro Bobby logra acertar con la llegada de Luisito Carrión a la banda, con un tono fresco y de gusto inmediato al público; logrando así continuar con la lista de éxitos que continuaron con “Ramo de flores”, “Me diste agua” y “Señor de señoras”, producidos en el disco “Algo excepcional”. Seguidamente se dio la producción, “Gígolo”, que se adaptaba al cambio que imponía la salsa erótica.

A lo largo de su carrera ha tenido altas y bajas, las cuales ha sabido superar con su creatividad. Bobby Valentín se ha mantenido trabajando con nuevos talentos, pero interpretando los éxitos que lo hicieron famoso en los años 70 y los 80. Para este carnaval 2008, se estará presentando en el “toldo del recuerdo” y sabemos que será todo un éxito. No te lo pierdas.

Su talento y creatividad abonaron a la consolidación de un movimiento rítmico que marcó huellas en el cancionero caribeño, siendo responsable, en parte, del desarrollo y auge del sonido de la salsa desde sus inicios, a mediados de los años 60, como parte del proyecto Fania.
Es Roberto “Bobby” Valentín Fred, un nombre que evoca los años de gloria del género salsero. Músico prolífico, compositor arreglista y productor cuya participación en el ambiente artístico contribuyó a la consolidación de nuevos avenidas que sirvieron para que los puertorriqueños de Nueva York, y otros latinoamericanos, emprendieran un nuevo rumbo en el quehacer cultural.
Natural del barrio Cacao de Orocovis, donde nació el 9 de Junio de 1941, el afamado bajista es hoy una de las figuras centrales de la salsa y quien desde su propia orquesta logró timbrar un sello de identidad rítmica que ha sido garantía para la persistencia de su propuesta musical

El bolero fue su primera escuela.

Bobby Valentín aprendió a tocar guitarra a la edad de seis años inducido por su padre, Albertano Valentín, un aficionado intérprete del cuatro quien solía tocar y cantar en las actividades de su barrio, en especial durante las celebraciones de las tradicionales promesas religiosas. De él, confiesa, “heredé la vena musical”.
Cuando apenas había cumplido siete años de edad, queda huérfano de madre y se muda a vivir con su hermana mayor, Aida, al pueblo de Coamo, primero en el sector La Playita y, luego, en el residencial “Manuel J. Rivera”.
De niño, su primera escuela musical la derivó de su encanto por la sonoridad de las canciones románticas interpretadas en las voces de Los Tres Ases, Los Tres Diamantes, El Trío San Juan y el Trío Vegabajeño.
Sus pinitos en la música fueron como guitarrista de agrupaciones infantiles de tríos, en las que participó como requintista y realizando las armonías de la tercera y cuarta voz.
En 1954, con sólo 13 años de edad, pasó a integrar el Trío de Coamo, compartiendo escena con Arturo Norat, Ismael Ortiz y Ramón Morales. Ésta fue su primera experiencia formal en la música y la que le permitió viajar a San Juan, por primera vez, a participar del famoso concurso televisivo de Rafael Quiñones Vidal, en el que obtuvo el primer lugar.
Hasta ese momento, en cambio, Bobby Valentín no había recibido ninguna educación formal en la música, hasta que el ojo avizor de “Mister Suárez” (un maestro coameño que identificó en el niño sus destellos y virtudes para con la música) lo instó a que ingresara a la escuela elemental “José Ignacio Quintón”, donde recibió sus primeras enseñanzas técnicas en armonía y solfeo.
“Cuando llegué a la escuela lo primero que pusieron en mis manos fue un saxofón alto. Lo estudié por seis meses y no me gustó, y cambié a la trompeta, me fui desarrollando y hasta hicimos grupos de música entre amigos. En el ínterin, seguí estudiando la guitarra”, confiesa el veterano músico.
Poco después, a los 14 años de edad, pasó a formar parte de la Sonora Coameña, una agrupación de música popular que dirigía Félix Vega, a la vez que participaba del trío Los Panchitos, en Orocovis.
Cuando cumplió sus 15 años de edad armó su propia agrupación musical en Coamo junto a Enrique Alvarado, experiencia que o logró madurar porque el joven artista emigró a la ciudad de Nueva York, donde fue a vivir con su hermano.

Nueva York y el encuentro con los grandes.

Bobby Valentín tenía apenas 16 años de edad cuando arribó a la “Gran Manzana”, asistido por un deseo inmenso de continuar cultivando la experiencia musical que ya había gestado con sus parroquianos coameños.
No pasó mucho tiempo cuando el joven ya había comenzado a relacionarse con los músicos de la época, como Luis Ramirez y Joe Quijano, y hasta llegó a firmar su afiliación con la Federación de Músicos de Nueva York, el pasaporte que le permitió asomarse entre los grandes escenarios.
Sus primeros pasos musicales en el ambiente neoyorquino fueron como trompetista en el grupo de Chú Hernandez y Los Satélites, seguido por la orquesta de Israel Ortiz y la banda de Carlos Rivera.
Además, tuvo la oportunidad de tocar con Alfredito Valdés en los espectáculos musicales “Los veranos de la montaña”, que solían realizarse en los resorts que ubicaban al norte de la ciudad.

Sin embargo, su tránsito al mundo profesional lo adquiere con el grupo de Joe Quijano, con quien graba su primer disco “La pachanga se baila así”, en 1962, compartiendo escena con Willie Torres y Paquito Guzmán.
Aunque su tránsito con la orquesta charanguera de Quijano fue breve, su estadía le permitió destellar como una de las promesas más significativas en la música latina, reafirmando su talento con su participación en la banda de Willie Rosario, con quien trabajó cuatro grabaciones: “El bravo soy yo”, “El fabuloso y fantástico”, “Latin Jazz Go Go Go”, y “Boogaloo y Guaguancó”.

En esa época, Bobby Valentín también colaboró con la orquesta de Tito Rodríguez, Charlie Palmieri (justo cuando el veterano pianista cambió el sonido de su charanga a conjunto) y Ray Barretto, cuando éste hizo su charanga, en 1964.
Excepto junto al maestro Barretto, todas sus participaciones musicales fueron en calidad de trompetista y trombonista, en el caso de la banda de Tito Rodríguez, con el “hombre de las manos duras”, Valentín se probó como bajista por primera vez, incidentalmente.
De todas estas participaciones quedaron registradas las producciones “Tito Rodríguez y su orquesta en Puerto Azul, Venezuela” (1963) y “Tengo máquina y voy a 60” (con Charlie Palmieri, en 1965).

Sabio constructor de su identidad sonora.

Tras probar su virtuosismo como músico en varias de las mejores bandas de los años 60, el trompetita Bobby Valentín optó por formar su propia agrupación en 1966, creándose un espacio propio en el pentagrama rítmico.
Su primera agrupación inició su recorrido musical con la producción “El Mensajero” (1966), trabajada para el sello Fonseca Records, que incluyó diez temas compuestos y arreglados por Valentín e interpretados por Marcelino “Buba” Morales. En esta banda también participaron Joey Pastrana (timbales), Rudi Martín (piano), Willie Pastrana (conga), Humberto del Valle (bajo), Joe Orange (trombón) y Tony Fuentes (bongó).
A partir de entonces, el músico coameño comenzó a hilvanar su propuesta musical con un sonido distintivo que en poco tiempo trazó la rúbrica que lo ha distinguido hasta el presente, aun cuando su orquesta ha modificado sus patrones armónicos.
Desde entonces, en su proyecto ha dominado la utilización de frases de jazz inmersas en sus armonías, en una fusión con la música afroantillana, en especial con el son montuno, en un proyecto híbrido que sin perder su esencia, ofrece nuevas sonoridades.
“Yo no soy 100 por ciento típico, me gusta mezclar un poco de todo y si escuchas la mayoría de mis producciones ves que no se pierde la esencia de la base, ya sea son montuno, cha cha chá o bolero. Siempre trabajo en una combinación de frases y en esas transiciones he tenido muchos cambios rítmicos, incrementando la cantidad de instrumento y buscándole otras formas”, narra el avezado músico y arreglista.
Añade ser un apasionado del sonido de Big Band porque le permite sacarle el máximo a los instrumentos.
“Siempre ha mantenido un estilo de arreglar que me identifica, con el bajo al frente, combinando con el barítono y frases de trompeta puestas al bajo. Eso me ha dado un identidad”, acota.

Fania.

La amistad que Bobby Valentín había creado con el músico Johnny Pacheco, para quien trabajó varios arreglos musicales que interpretó en su orquesta con los cantantes Monguito Quián (“El Único”) y Chivirico Dávila, le abrió las puertas para entrar al recién creado sello discográfico Fania, para el que grabó su segundo trabajo con su orquesta, “Young Man with a Horn” (1966). A ese álbum le siguió “Bad Breath” (1967), “Let,s Turn Un –Arrebatarnos” (1968) y “Se la comió” (1969).
Ya consagrado como un músico de renombre, Bobby Valentín visitó Puerto Rico en tres ocasiones para realizar presentaciones con su orquesta. En el último de esos viajes, en agosto de 1969, el músico optó por no regresar a Nueva York y radicarse en la Isla, convencido de que podía desarrollar su propuesta musical, valiéndose de que ya contaba con un nombre firme en los escenarios artísticos y un apoyo popular.
“Algo me decía que Puerto Rico era el lugar para mí. Tenía ese presentimiento, ese pensamiento y me gustó la aceptación que había tenido el grupo en las tres ocasisones que visité el país y varios músicos se quedaron conmigo y otros se fueron, entre ellos Buba Morales (el cantante).”

Arrasó como un huracán.

El que su vocalista decidiera regresar a Nueva York no retrasó el proyecto de la banda de Valentín, aunque prolongó el arranque de su agenda de trabajo en Puerto Rico hasta tanto localizara un intérprete que fuera acorde con la propuesta que venía desarrollando.
La alternativa para impulsar esa nueva fase de su orquesta, en cambio, fue Frankie Hernández, a quien Bobby Valentín conoció en una de sus visitas al país, cuando éste era cantante de la Orquesta Internacional. Para entonces, la banda también incorporó el talento de Roberto Angleró.
“A mi me gusta estar atento a los cantantes, me llaman la atención y los observo, y así es que he conocido a casi todos mis vocalistas”, manifiesta.
Con Frankie Hernández al mando de las interpretaciones,el músico lanza al mercado el álbum “Something New” (1970), que incluyó los éxitos “Huracán de pasión”, “Total para nada”, “El Mensajero” y “Pan de negro”.
Esta unión se quiebra en 1971, una vez que el melodioso vocalista se vio precisado a abandonar la orquesta para iniciar un tratamiento como consecuencia de su problema de adicción. En ese momento arribó a la agrupación el joven sonero oriundo del residencial “Nemesio Canales” de Hato Rey, Marvin Santiago.
Con la salida de Frankie Hernández, Bobby Valentín tuvo que rediseñar las formas rítmicas de su orquesta para que se ajustaran al carácter de rumbero y sonero de pueblo que representaba la voz de Marvin Santiago.
“Como parte de mi trabajo musical he buscado las canciones y las melodías que sean afines a los cantantes, sin perder la esencia de la base rítmica salsera, pero con estilos diferentes. Eso fue lo que hice cuando llegó Frankie y, luego, con Marvin”, explica.

Sonido magistral para grandes soneros.

Bajo la sombra del maestro Bobby Valentín se han curtido un puñado de los mejores salseros del país, destacándose la participación de los soneros Marvin Santiago y Cano Estremera.
El primero llegó a la orquesta para la grabación de “Rompecabezas” (1971), abriéndose terreno con “Papel de payaso”, escrito por Tite Curet Alonso.
Los temas interpretados por Marvin, bautizado como “El sonero del pueblo” por su picardía y su arte de versar, “fueron éxito tras éxito” y acercaron la banda al espíritu rumbero y de sonero callejero que la caracterizó en sus años de fundación.
Sus aciertos continuaron con “Soy boricua”, “Pirata de la mar” y “Alacrán”, entre otras melodías que aparecen en los discos “Rey del bajo”, “In Motion”, “Bobby Valentín va a la cárcel, Vol I y II” y “Afuera”.

“Es necesario más de un cantante”

Bobby Valentín aprendió que era necesario reforzar su agrupación con másde un cantante, de manera que una dimisión noafectara su agenda de trabajo, como le había sucedido en el pasado.
“Cuando hicimos el disco de la cárcel (el primero para Bronco Records) empecé a tener la visión de que no me podía recostar de una sola persona (vocalista), porque si se iba, tomaba tiempo en lo que la orquesta engranaba nuevamente”.

Así decidió probar talentos para fortalecer su grupo, incorporando a Johnny Vázquez en 1976, en sustitución de Frankie Hernández, quien abandonó la orquesta por segunda ocasión.
El primer disco de Johnny Vázquez fue junto a Marvin Santiago en el álbum “Afuera”, en el que aparece “El jibaro y la naturaleza” y “La cosquilla”, entre otros.
Ésa fue la última participación del Sonero del Pueblo con la orquesta, quien fue sustituido por Sammy González, reemplazado seis meses más tarde por Luigi Texidor.
Con Luigi la banda volvió a resaltar el canto de la vieja escuela salsera de los años 60. Esta unión duró poco tiempo y sólo produjo el disco “Musical Seduction”, con el tema “Nací Moreno”.

La era del Cano.

En 1977 llegó a la banda de Bobby Valentín un joven cantante de Barrio Obrero, con buen domino del verso popular y ágil en la improvisación, que hasta entones se había curtido como integrante del Quinto Olivo y la Orquesta Mulenze.
Su nombre, Carlos Enrique Estremera Colón (“Cano Estremera”), interprete de varios de los éxitos más recordados de la orquesta, como “La boda de ella”, “El Caimán” y “Manuel García”, entre otros.
Aún cuando el tránsito del Cano en la agrupación fue fructífero (al punto de que el cantante se convirtió en uno de los principales proyectos de producción de Bronco Records), éste abandonó la orquesta para lanzar su carrera en solitario. Se incorpora la figura de Rafú Warner.

El arte de Luisito Carrión.

Una vez más Bobby Valentín acertó en incorporar a su equipo a Lusito Carrión, quien aportó la frescura de una nueva expresión musical, con espléndido sentido melódico y muy a tono con el gusto del bailador.
Sus primeros éxitos fueron “Ramo de Flores”, “Agua” y “Señor de las señoras”, recogidos en el disco “Algo excepcional”. Luego llegó el tiempo de “Gigoló”, a tono con el estilo que imponía el mercado basado en la expresión de la salsa erótica.
De ahí, la orquesta de Bobby hizo “Más amor” y “Como nunca”, en los que además de Johnny Vázquez, participaron Giovanni Lugo y Tato Peña, respectivamente.

¿Cuándo y por qué llega el bajo a la vida de Bobby Valentín?

“Durante una participación en el hotel La Concha, un sábado del año 1970, el bajista, Ralp Cabrera, no llegó y le pedí a Juancito Torres que me sustituyera en la trompeta para yo tocar el bajo. Esa noche el grupo se oyó tan bien, lo escuché desde otra perspectiva y me gustó. De ahí para acá seguí de lleno en el bajo. Antes toqué bajo con Ray Barretto y se me hizo fácil porque tocaba guitarra”.

domingo, marzo 23, 2008

MUERE ISRAEL "CACHAO" LOPEZ


Muere Israel "Cachao" López, estrella del mambo y el jazz latino

Según el informe el destacado bajista y compositor murió en un hospital local la madrugada de este sábado tras complicarse su estado de salud en la última semana.

Miami. La legendaria estrella del mambo y el jazz, el cubano Israel Cachao López, falleció este sábado en Miami, Florida, a los 89 años, a causa de un padecimiento renal, informó El Nuevo Herald en su versión electrónica.

Según el informe el destacado bajista y compositor murió en un hospital local la madrugada de este sábado tras complicarse su estado de salud en la última semana.

Nacido en La Habana, Cuba, Cachao quien comenzó a los siete años a tocar percusiones y luego pasó a los instrumentos de cuerdas, es considerado pionero del mambo y el jazz latino. Asimismo, fue uno de los símbolos de la música cubana y rey de las descargas o improvisaciones en vivo,

Son célebres sus actuaciones con la fallecida Celia Cruz, así como con el trombonista Generoso Jiménez, quien en fecha reciente murió.

Abandonó la isla en 1962 y se dirigió a Madrid, España, para después asentarse en Nueva York, donde compartió con otros grandes músicos como Charlie Palmieri y Tito Puente.

Ganó un premio Grammy, un doctorado honorario de la Universidad de Berkley y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Su gran galardón fue el que le otorgó el actor cubano Andy García, quien le rindió un gran homenaje al producir el documental Cachao como su ritmo no hay dos".

Su trabajo musical más reciente lo realizó al lado de Gloria Estefan en el álbum 90 millas.

jueves, marzo 13, 2008

KING NANDO





KING NANDO
ESTE CANTANTE Y GUITARRISTA QUE HIZO HACER A TODOS LOS LATINOS "ORCHARD BEACH SHING-A-LING" EN 1965 Y CREARON EL HIMNO DEL VERANO ENE L BARRIO CON SU POPULAR TEMA "FORTUNA"
Su nombre real FERNANDO RIVERA, nacio el 26 de mayo de 1945 y fallecio el 2 de febrero del 2008
Su lugar de nacimiento es motivo de especulaciones unos dicen que nacio en el BRONX en New York y otros que nacio en la isla PUERTO RICO.
Su orquesta fue compuesta for jovenes musicos talentosos de edades entre los 18 y los 22.
Que venian de barrios newyorkinos como Brooklyn, Manhattan y el Bronx.
Su banda toco en varios lugares de buen sonido como carlos Ortiz del tropicoro, hunt’s point palace, manhattan center, riverside plaza, la Riviera, the village gate y en varios guisos que se hacian en las universidades .
el experimentador del boogalu ha llegado !!!
Su popularidad se hizo notable en los anos 60 y 70 durante el boom del boogalu.
KING NANDO tambien apareceria en el show de Myrta Silva en new jersey y new york en el canal 47 (wnju)., symphony Sid Radio wevd, donde SID reconocio el potencial de la banda y ayudo a estos a obtener reconocimiento en el medio musical.
En la decada de 1960 king nando grabo para Swinger Records, en la division Latina de ruleta records.
El album “Sing-A-ling with king nando and his orchestra,Un nuevo rey ha nacido con un tema llamado “fortuna” el cual inmediatamente fue reconocido como un novedoso tema y en diferente genero.
El Shing-A-Ling fue la especialidad de KING NANDO fusionando ritmos de rock and roll con el sabor y el melao de la musica Latina.
King nando arrimaba bien temprano a los clubs para pedir permiso a los propietarios y colocar volantes de promocion de su banda en el bano de las mujeres, no se sabe si esta es una historia contada para hacer mas leyenda sobre el musico pero se dice que ayudo a promocionar su banda y surgir un poco mas.
KING NANDO murio el 2 de febrero del 2008, de acuerdo a su antiguo manager Richard Bonilla, nando murio mientras dormia.
A la memoria de KING NANDO y todo el material que ha sabido dejar para el melomano.
sentido pesame a su esposa Iris Soto y sus 5 hijos Scott Fernando Rivera, John Paul Rivera, Marcus Rivera, Sebastian Rivera, and John David Rivera.
WILLIAM MOLINA "EL POLLO"

ORQUESTA DEE JAY DE NUEVO AL ATAQUE





EL RETORNO DE LA ORQUESTA DEE JAY

Por: Carlos Fajardo G.

Cuando Jerry Hernández, - siendo aun un infante -, deambulaba entre los edificios habitacionales del vecindario de Manhattan, ya sabía que iba ser músico. Y deambulaba por aquellas calles no precisamente sin rumbo fijo, sino que certero se dirigía frente a las vitrinas de las tiendas musicales, para contemplar desde allí y casi incrédulo, las formas y los colores de aquellos instrumentos indescriptibles. Fue su padre quien debió comprarle varios ellos, en serie, en una búsqueda tan incesante como incierta en sus primeros años. Su madre era cantora y su tío guitarrista.

Al respecto de esos tempranos tiempos, - y del extraño llamado de la música en sus prístinos oídos -, aun le quedan claros recuerdos, que en un caso así deben ser imborrables. Recuerda la cercana orquesta que había conformado uno de los vecinos, y que de vez en cuando visitaba también con su progenitor, pero que pronto acabó por el fanatismo religioso de la esposa del director. Evoca a Sammy de León, un muchacho con el cual prácticamente se crió, y que con el tiempo llegaría a conformar una orquesta que entre bambalinas igual alcanzó a enviar su mensaje: La Fantástica.

Pero el acontecimiento que quizá marcó para siempre aquella corta existencia sucedió en el año de 1958, en la celebración del Día de Puerto Rico, a los ocho años: a su paso, la banda callejera lo detuvo sobre la acera, y desde allí pudo contemplar en detalle todo el esplendor de los sonidos que retumbaban en las paredes y se fugaban por las esquinas. Entonces, una de sus inmediatas metas personales fue conformar esa misma banda, y después de lograrlo, estuvo aquí y allá, siempre sonando del modo más intenso y exploratorio, hasta el descubrimiento de Eddie Palmieri & Compañía. Cuando Jerry Hernández, - siendo ahora un jovencito -, deambulaba entre los edificios habitacionales del vecindario de Brooklyn, ya sabía que iba ser músico de Salsa. Y deambulaba por aquellas calles no precisamente sin rumbo fijo, sino que certero se dirigía a ser parte de una de las mejores bandas del movimiento salsero en todos los tiempos: la Orquesta Dee Jay. Finalmente se había quedado con el trombón.

Para cuando llegó a la Orquesta Dee Jay en 1969, la agrupación ya había sido creada y con tal nombre, fruto de la abreviatura del apellido de George De Jesús, a su vez heredada de los días del servicio militar. El caso es que George no pudo hacer el bautizo que hizo Willie Colón con su orquesta, ni el que hizo Larry con la Orquesta Harlow, puesto que entonces hubiese quedado la Orquesta De Jesús, quizá solo perfecta para su antigua y fanática vecina. De tal modo, nunca se pensó ni siquiera en considerar otro nombre, y en realidad que el elegido resultó siendo un rotundo éxito. La plantilla de la Orquesta Dee Jey quedó conformada así:


George de Jesús – Bajo y líder

Mario Marrero – Piano

Emilio Barreto – Congas (1)

Harry Fermaint – Timbales

Mike Ruiz – Bongó

Jerry Hernández y Joe Rivera – Trombones

Joe Rivera - Voz
Fueron tiempos de fuertes borrascas culturales y musicales en los E.U., las décadas de los 60’s y 70’s aterrizaban en todo su esplendor y complejidad, la comunidad latina se apropiaba de importantes espacios en donde rápidamente ganaría un notable protagonismo. Particularmente en el mundo de la Salsa había muchas bandas ingresando o habiendo adquirido ya un nombre, el bugalú todavía destellaba los marcados rayos de su corto esplendor, artistas como Jerry Hernández se abrieron paso hombro a hombro con otras destacadas figuras como Adalberto Santiago, cantante de Ray Baretto, Ángel Rivera del Sexteto New Swing, Ricardo Montañéz de la orquesta de Ángel Canales, entre otros. La Orquesta Dee Jay debió pararse en las tarimas junto a muchas otras de las grandes, para mencionar solo algunas están La Flamboyán, Willie Colón, Eddie Palmieri, Richie Ray, Orquesta Harlow, La Protesta, Los Hermanos Lebrón. En una época donde el sonido se constituía en un importante factor diferenciador, - se tocaba a veces con un solo micrófono para una orquesta entera -, de tal manera que como lo expresa el trombonista “...había que tocar a pulmón y labio entero... ”. Y todo era ganable exclusivamente en frente del público, pues ya se imaginará el lector lo muy difícil que resultaba mantenerse en la tarima, y bajo el agrado del respetable. La misma Orquesta Dee Jay adiciona elementos técnicos de gran sonoridad para la época, sacando ventaja de aquellos ante los espectadores.

Público que se concentraba en los más diversos y diferentes lugares, como en el Club Village Gate, que si bien daba cabida en toda su semana al Jazz, había dispuesto los lunes como especiales para la Salsa. Allí habrían de converger los músicos de la Orquesta Dee Jay en calidad inicial de simples observadores, hasta que un lunes cualquiera los invitaron a tocar, subieron y se tomaron el estrado, ‘reventando’ inevitablemente el lugar como resultado de sus acordes novedosos y creativos. El anécdota es interesante ya que el promotor y locutor de la Salsa Symphony Sid tenía por principio no aparecer nunca, así todo el tiempo permaneciera dentro del lugar. Pero esa noche fue tanto el ‘escándalo’ y tan fuerte la ‘movida’, que se vio obligado a salir de su escondite, ha avanzar al escenario, y a presentar con todos los bombos y platillos a la Orquesta Dee Jay.

Había empezado para esta banda un amplio sendero, a veces indetenible, de incursiones y continuas presentaciones, que confirmarían su enorme calidad artística. Ya ha hecho curso la frase de Jerry Hernández según la cual afirmaba entonces “...no he visto la luz del sol en dos años...”. Al pedírsele ampliación, confirma que la aseveración surgió de eventos absolutamente reales, pues tocando de sucesivo en clubes, programas, fiestas y bodas, la única alternativa durante aquella temporada era dormir durante el día. Podían tocar los siete días de la semana en Brooklyn, Nueva York o New Jersey, incluyendo sábados y domingos
Ahora bien, intenso ritmo de trabajo que talvez tiene mucho que ver con el modesto número de Lps de la Orquesta Dee Jay, ya que habiendo salidas casi a diario, durante semanas enteras, apenas se comprende que la banda haya tirado su primer álbum en 1970, “Pa’lante con la Orquesta Dee Jay”, y un segundo álbum en 1972, “Forget it”, reeditado al año siguiente. Otro factor a señalar en este punto es que la creación musical en la Orquesta Dee Jay nunca obedeció a compositores y arreglistas específicos, sino a un trabajo verdaderamente colectivo, de banda, que desde luego y en algún momento, puede resultar siendo más dispendioso y prolongado. Hay que imaginar entonces una orquesta salsera que en sus breves y aproximados seis años de existencia, debió conjugar el tiempo para estar junto a su público y el tiempo para ingresar a las cabinas de grabación, en un ajetreo que al mismo Jerry Hernández le permite señalar en la conversación la amenazante línea del cansancio. Sumando a ello que los músicos del grupo no leían mucho, inclinando toda su labor por el oído: al ensayar, al tocar, al componer, al grabar.

El sonido de la Orquesta Dee Jay es un sonido bastante peculiar. Confirmando la variedad y la diversificación del sentimiento latino cuando se trata de hacer música. Así, el sonido de la Orquesta Dee Jay es totalmente inconfundible. Cuando empiezo a desarrollar las anteriores ideas ante el trombonista, - sobre todo en el contexto de la ciudad de Cali -, nos encontramos de acuerdo hasta que le explico la dimensión local de la palabra ‘guateque’. Es que los caleños encontraron en este término una denominación para mucha de la Salsa que, siendo exquisita, trascendía los intereses de la pista de baile, e invitaba mejor al seguimiento con el oído y talvez con el mismo canto. Pero Jerry Hernández, respetando tal apropiación, revela que toda la música de la Orquesta Dee Jay fue concebida para el bailador, colocando en alta aprueba sus capacidades rítmicas. Es más, la agrupación mantenía una base de amigos y familiares que como buenos fans los acompañaban a sus tantas presentaciones, acompañamiento que iba más allá de hacer presencia y que se traducía en el baile inmediato que confeccionaba este espontáneo grupo de admiradores. No debe entonces hacerse mayor distinción entre los temas ‘montuneros’ como “Yemayá” y “Mi Son”, los temas que podrían percibirse intermedios, como “Te Traigo” y “Las Malas Lenguas”, y aquellos que definitivamente rompen la carátula con su espíritu rumbero, como “Camaguela”. Personalmente y después de la conversación, dejo a manera de conclusión que el sonido de la Orquesta Dee Jay es tan peculiar que la única manera de definirlo acertadamente es individualizándolo, apesar de tratarse de un sonido de masas.

List de “Pa'lante con la Orquesta Dee Jay”

Las Malas Lenguas

Black Shadow (Sombra Negra)

Campesino

Cuba

Camaguela

Yemayá

Te Traigo

La Jara



List de “Forget it”

Mi son

Calunga

Forget it

Maniática

Yemayá y Obatalá

Dile que vuelva

Doña Paula

Buena suerte

Hay en el dialogo alguna nostalgia y sincera aceptación cuando surge el interrogante sobre qué pasó con toda aquella sonoridad fuerte y rica de las bandas salseras de entonces. Sin rodeos, se pasa a hablar en su momento, de la insulsa y nefasta injerencia de ‘lo romántico’, - entre otras cosas -, concepto incluso mal entendido y mal manejado. Hasta el día de hoy se extiende la vana creencia que el oyente es incondicional a los lamentos del corazón, cuando en realidad puede ser que más bien con el corazón lamente tanta banalidad. En el caso concreto de la Orquesta Dee Jay, en 1974 se produjo su disolución, por motivos de estricta decisión interna, en los cuales quizá influyeron un tanto la fatiga antes mencionada, y proyectos como el de Rafael de Jesús con La Cimarrón.

Han pasado desde entonces cerca de treinta y cuatro años, y hoy en día Jerry Hernández, - siendo ya un hombre maduro -, todavía deambula entre los edificios habitacionales del vecindario New York, sabiéndose un músico, un músico de Salsa, ahora dispuesto a emprender el proyecto de revivir la Orquesta Dee Jay. Si, tal cual se desprende de la anterior línea: reorganizarla y recuperarla. Todo ello ha sido parte de un proceso que empezó hace poco más de un año, atribuible al mismo interés de la gente que rodea al trombonista. Jerry, ¿por qué no ensamblar de nuevo la orquesta?, y Jerry responde, porque sería imposible convocar a los músicos otra vez, pero Jerry, es posible congregar a otros músicos, eso mismo le ha dicho la gente. Entonces se colocó manos a la obra en tal labor, y desde luego que ya tiene conformado el nuevo plantel, entre ellos destacando al pianista colombiano Harold Gutiérrez junto a los siguientes talentosos:

Benny Vargas - Cantante

Steven Moon - Bajo

José Cruz - Timbalero

Willie Serano - Bongó

Nelson “Skello” Rojas - Congas

Timothy Fung - Segundo Trombón

Jerry Hernández - Primer Trombón y Coro
Y ensayando una vez a la semana, dos horas por sesión, se encuentran montando inicialmente las cinco o seis primeras canciones, en un valioso esfuerzo que ojalá se encuentre cristalizado plenamente hacia el primer semestre de 2008. Habrá igualmente un website, un video y muchas camisetas y gorras, que de verdad serán un verdadero trofeo para los amantes de la buena música. De tal modo, el retorno de la Orquesta Dee Jay es hoy. Bueno, Jerry, ¿cuál es el mercado al que se aspira?. Ríe cortamente y responde, vamos pa’todo el mundo. Y me deja pensando que es allí precisamente donde apenas justo cabe la potente melodía de la Orquesta Dee Jay.