jueves, enero 14, 2010

LIBRO CUBA DOS EPOCAS


CUBA DOS EPOCAS


RAUL CORRALES


CONSTANTINO ARIAS


PRESENTACION: MARIA E. HAYA
EDICION: PABLO ORTIZ MONATERIO
FONDO DE CULTURA ECONOMICA DE MEXICO.
Portada: La banda del Nuevo ritmo, 1962(raul corrales)
primera edicion 1987.

El movimiento fotográfico cubano fue la expresión artística más representativa de la Revolución en su nacimiento. Los fotógrafos captaron lo esencial en el momento y lugar donde se encontraban, cada uno con su manera peculiar de ver y atrapar el momento decisivo. Es indiscutible el mérito de esa generación de fotógrafos, que dejaron para las generaciones de su época y las venideras un caudal inestimable de imágenes que narran la historia del país.
Lo que estaba pasando en Cuba fue dado a conocer al país, con un gran analfabetismo, y al mundo, a través de la fotografía, conformándose una abundante y elocuente iconografía popular.

Constantino Arias es el fotógrafo de la época anterior a la Revolución, de estilo directo, que expone los hechos sin más intención que la de mostrar. Raúl Corrales, en cambio, es un pregonero de la nueva Cuba, que no sólo muestra sino que también interpreta.
considerado uno de los clásicos de la “fotografía épica de la Revolución cubana”.

Constantino Arias Miranda (La Habana, 2 de septiembre de 1920 — 1 de diciembre de 1991) s un fotógrafo y pintor cubano. De 1958 1961 cursó estudios en la Escuela Profesional de Periodismo “Manuel Márquez Sterling” de La Habana, CUBA. Desde 1959 y hasta 1986 fue miembro de la Organización Internacional de Periodistas (OIP), La Habana, CUBA. Murió en La Habana, Cuba el 1 de diciembre de 1991.
Constantino Arias en Su serie “Hotel Nacional” (1951), sujeta a la contingencia del destino y a las diabluras humanas, contiene una secuencia de siete imágenes de una misma mujer desnuda. Leda frente al espejo es la materialización, la iconografía perfecta para demostrar la existencia de las nuditas criminalis. Es el goce de una doble imagen devuelta sin penas ni enfriamientos. Es la actitud de un cuerpo que disfruta de sí mismo y que no priva de su disfrute; condición ésta casi ahistórica y universal. Además, cabría preguntarse cómo Arias pudo lograr una resultante composicional tan equilibrada e impactante, entre el desconcierto que pudo haberle provocado el escultórico cuerpo de la rubia norteña y el hecho de realizar su oficio tentado de abandono ante toda idea de paciente análisis racional. Aunque fuesen propuestas con enfoques diferentes, todas las obras de la etapa pastel responden a una estética de época: atrevida para el disfrute (plástico), pero conservadora para el discurso. Tonalidad que encierra sencillez y transparencia, caracterizadora de obras exquisitamente poco audaces para nuestros ojos, pero desconcertantes y “desvergonzadas” para su tiempo.

Raul Corrales nació en 1925 y se convirtió durante casi 60 años “en un paradigma de la fotografía cubana”.
Una de las imágenes más famosas de Corrales fue tomada el 16 de abril de 1961 en La Habana. La fotografía exhibe una manifestación de cubanos con los fusiles en alto apoyo al presidente Fidel Castro, que anunció el rumbo socialista de la Revolución.
Además, el fotógrafo captó importantes instantáneas de la invasión de Playa Girón (Bahía de Cochinos) en el mismo año.
Corrales recibió importantes reconocimientos, entre los que destaca el Casa de las Américas (1981), Premio Nacional de Artes Plásticas (1996), el grado doctor honoris causa por el Instituto Superior de Arte (2005) y el Premio del Ministerio de Cultura, Salón Nacional (1980), entre otros.
Actualmente la Biblioteca Nacional acoge una serie de sus imágenes en la muestra La ciudad y la fotografía.
Las colecciones de Corrales han sido expuestas en galerías de Cuba, Brasil, Venezuela, Argentina, Italia, México, Francia, Bélgica, Alemania y Estados Unidos.
Raúl Corrales se queda también a través de los libros que publicó: Cuba, dos épocas (en coautoría con Constantino Arias), editado en México en 1987; Cuba la fotografía de los años 60, de 1988; Playa Girón, publicación de 1990; Ernest Hemingway y Cojímar, de 1999; y Fidel, Barbudos, en la que también participaron Alberto Korda y Osvaldo Salas, en 1996.

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